Copio del Blog de mi amigo Javier Delgado, un interesante artículo publicado en Heraldo de Aragón y en el que aborda la dinámica de insultar al contrario o al que no esta de acuerdo con nuestras opiniones. Estos insultos se dan de forma continuada en las redes sociales, tanto en los post como en los comentarios subsiguientes. Creo que lo único que se consigue es crispar y enrarecer la convivencia en vez de unir y unificar la lucha de los trabajadores contra el enemigo común, por mi parte estoy en contra de esta dinámica y voy a procurar evitar que se introduzca en mis comentarios.
Este es un ejemplo de las diferentes formas en que aparecen los insultos en las redes sociales
INSULTOS
La
derecha nos insulta. Matizo: bastantes personas de la derecha nos
insultan, sobre todo con el feo insulto a nuestras inteligencias, ése
que pretende que después de insultados nos prosternemos en acto de
sumisión. El acto de prosternarse es tan antiguo como ese eufónico verbo
y tan antiguo como la licencia del poderoso en su trato con el humilde.
El insulto de la derecha española tiene mucha gracia o mucha mala baba,
no hay término medio (lo buscaron algunos, como Muñoz Seca, en el
costumbrismo zarzuelero, pero de aquel intento suyo no quedó sino lo más
cuartelero y sacristanesco de la posguerra).
Durante
unos años (¿o fue un sueño?) apenas nos cayeron los insultos. Ahora
mismo están en boca incluso de minifabras de turno y se emiten desde las
altas instituciones de la nación. Lo malo es que la izquierda tiene
también bocas y el que tiene boca se equivoca: ha surgido la moda del
requeteinsulto, esa modalidad vicaria del insulto ajeno que se expresa
tanto en las redes sociales como en las camisetas. ¿El insulto como
campo ideológico de la lucha de clases? En la izquierda también hay
gente con gracia para insultar al contrario, pero son los menos. La
mayoría parece preferir la sal gruesa, lo soez y lo ramplón, incluyendo
el sexismo, el machismo y otros malos etcéteras. La izquierda española,
puesta a devolver insultos, debería esforzarse por usar humor e
imaginación. Si hay que insultar, hagámoslo a nuestro modo, con nuestra
cultura y nuestros valores. Si no, también la derecha nos va a ganar por
goleada en eso: tiene más costumbre de insultar y además tiene gente
muy especializada y muy bien remunerada para esa función. ¿Y si la
izquierda decidimos no insultar?
Artículo publicado en Heraldo de Aragón el miércoles 25 de julio de 2012
Añado mi comentario en su blog http://ulises.blogia.com
Tienes mucha razón Javier, sería caer en una dinámica que no aporta nada al que tiene que ser el principal objetivo de la izquierda, que es regenerar la sociedad y acabar con la derecha (creo que va a ser dificil) retrograda que quiere acabar con las conquistas de los trabajadores, a lo largo de años de lucha y represión.
El insulto nos descalifica y no aporta nada a la lucha. Salud
Añado mi comentario en su blog http://ulises.blogia.com
Tienes mucha razón Javier, sería caer en una dinámica que no aporta nada al que tiene que ser el principal objetivo de la izquierda, que es regenerar la sociedad y acabar con la derecha (creo que va a ser dificil) retrograda que quiere acabar con las conquistas de los trabajadores, a lo largo de años de lucha y represión.
El insulto nos descalifica y no aporta nada a la lucha. Salud