PEPE ESCOBAR / ASIAN TIMES – El Departamento de Estado de
EE.UU. ha aceptado prácticamente una Ucrania “finlandizada”, la solución
propuesta desde el principio por el ministro de Exteriores ruso Sergey
Lavrov. Hay que contar con que el Secretario de Estado John Kerry
exagere y trate de robar el show y que los medios corporativos
estadounidenses se lo traguen. Esencialmente, Moscú no necesitó la ayuda
del referendo crimeo; el “Khaganato de Nuland” ha metido su propio
autogol.
Dejémonos de rodeos, seamos cortos y livianos.
1. La jugada “estratégica” del gobierno de Obama de subcontratar al
“Khaganato de Nuland” la tarea de extraer Ucrania de la esfera de
influencia rusa –y terminar por anexarla a la OTAN– instrumentalizando
una coalición de neonazis y fascistas dispuestos con una chapa del banco
central (primer ministro “Yats”), se ha sumergido en un auténtico caos.
2. El contragolpe de Moscú fue prevenir en Crimea –tal como lo
interceptó la inteligencia rusa– una reedición planificada del golpe en
Kiev. El referendo en Crimea –85% de participación, aproximadamente 93%
de votos por la reunificación con Rusia, según sondeos de boca de urna–
es un hecho, por mucho que la tan democrática Unión Europea (UE), siga
amenazando con castigar al pueblo de Crimea por ejercer sus derechos
democráticos básicos. (A propósito, cuando EE.UU. logró que Kosovo se
separara de Serbia, a los serbios no se les ofreció ningún referendo).
3. La principal justificación para todo el intento “estratégico” de
EE.UU. –de lograr que sus testaferros, los cambia-régimen en Kiev,
cancelaran el acuerdo para la base naval rusa en Sebastopol– se ha
esfumado. Moscú sigue presente en el Mar Negro y con pleno acceso al
Mediterráneo Oriental.
Y el resto es bla, bla, bla.
Todos a bordo en la estación Finlandia
El Departamento de Estado ha aceptado prácticamente una Ucrania
federal y en realidad finlandizada [1] que, a propósito, es la solución
propuesta desde el principio por el Ministro de Exteriores ruso Sergey
Lavrov, como lo prueba este
Libro Blanco
ruso. El Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry –como cuando Moscú
salvó al gobierno de Obama de la línea roja de bombardear Siria–
exagerará para robar todo el show a los rusos. Los medios corporativos
de EE.UU. se lo tragarán dócilmente, pero no independientes como
Moon of Alabama. [2]
Esta hoja de ruta –sensata– implica, entre otros puntos cruciales:
regiones autónomas fuertes; el ruso restaurado como lenguaje oficial,
junto al ucranio; y sobre todo neutralidad político/militar, es decir,
finlandización. Lograrlo será la misión de un grupo de apoyo –propuesto,
una vez más por Moscú desde el principio– con EE.UU., la UE y Rusia
como miembros.
Todo esto finalmente consagrado por una resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU (es verdad, podría fracasar espectacularmente, y
sobre todo ser saboteado por “Occidente”). Y todo eso, asimismo, sin que
Moscú tenga que reconocer oficialmente a los cambia-regímenes en Kiev.
Resumiendo, Moscú puso en evidencia a Washington – y ganó.
Por lo tanto, después de esa andanada de siniestras amenazas que
incluyó a todos desde Obama, Kerry y belicistas neoconservadores hasta
agentes serviles como Cameron, Hague y Fabius, la esencia es que el
gobierno de Obama concluyó que no arriesgaría una guerra nuclear con
Rusia por el Khaganato de Nuland, especialmente después de que Moscú
hizo saber, discretamente, que crearía las condiciones para que Ucrania
del este y del sur también se independizaran.
Suecia, por ejemplo, propuso un embargo de armas en ventas a Moscú.
París, consideró rápidamente los intereses de su complejo
militar-industrial y dijo inmediatamente que no. Solo los afectados por
la muerte cerebral apoyan la noción de que París y Berlín están
dispuestos a poner en peligro sus relaciones comerciales con Rusia. Así
como la noción de que Pekín llegara a unirse a sanciones contra Rusia,
otro miembro del Grupo de 20, de los BRICS y de la Organización de
Cooperación de Shanghái, solo porque percibe que un creciente irracional
–y peligroso– Washington lo desea.
Y sin embargo, la histeria occidental ciertamente continuará sin tregua. En EE.UU., donde importa, el
meme de los próximos días será, inevitablemente, quién perdió Siria y quién perdió Ucrania.
El historial lo dice. Bush lanzó dos guerras. Perdió (miserablemente) ambas.
Obama intentó lanzar dos guerras (Siria y Ucrania). Por suerte para
él, perdió ambas incluso en la etapa de “intento”. Neoconservadores
surtidos y toda la brigada excepcionalista están predeciblemente
lívidos. Hay que contar con que la página editorial del
Wall Street Journal
se pondrá por las nubes. Y con que la Samantha “R2P” Power de la ONU
deseará ser Sinead O’Connor cantando Nothing Compares to You.
Es un gas, gas, gas, ¡no!
Los cambia-regímenes de Kiev ya anuncian sus intenciones, como cuando
el capo del Sector Derecho y neonazi confirmado Dmytro Yarosh dijo: “…
Rusia gana dinero enviando su petróleo a través de nuestros oleoductos a
Occidente. Destruiremos esos oleoductos y privaremos a nuestro enemigo
de su fuente de ingresos.”
Es una estrategia brillante tomada directamente del libro de
estrategias de juego del Khaganato de Nuland. Por lo tanto las casas y
toda la base industrial de Ucrania carecerían de gas (barato, con
descuento), fuera de grandes áreas de Alemania, para que los neonazis
puedan cantar “victoria”. Con amigos semejantes…
Los ejecutivos de Gazprom no parecen levantar una ceja. Rusia ya
envía aproximadamente la mitad de su gas a Europa soslayando Ucrania, y
después que South Stream sea terminado en 2015, ese porcentaje aumentará
(“Sanciones” de la UE contra South Stream no son más que retórica
vacía.)
Los cambia-regímenes también tratarán de causar estragos en otros
frentes. El nuevo parlamento ucranio ha votado a favor de reunir una
Guardia Nacional de 60.000 hombres repleta de “activistas”. Adivinad
quién estará a cargo: el nuevo jefe de seguridad, Andriy Parubiy, uno de
los fundadores del neonazi Partido Social Nacional. Y sucede que su
adjunto no es otro que Yarosh, líder del paramilitar Sector Derecho.
Agregad vuestras propias metáforas hitlerianas hechas a medida – aunque
sigue persistiendo el riesgo de que Ucrania se desintegre. Lo que no es
necesariamente nada malo. Dejad que la “democrática” UE pague las
cuentas de gas de Ucrania.
Notas:
1. Lavrov, Kerry, se ponen de acuerdo para trabajar en una reforma constitucional en Ucrania: Ministerio ruso,
Reuters, 16 de marzo.
2. Ucrania, EE.UU. toma el carril de salida, acepta demandas rusas,
Moon of Alabama, 16 de marzo de 2014.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge . Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
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Publicado el 20/030/2014 • en el tema
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